LA CIENCIA DEL ALIMENTO

LA CIENCIA DEL ALIMENTO
La buena nutrición en pacientes hospitalizados es de suma importancia para su óptima recuperación. Margarita Gutiérrez, jefa de nutrición y dietas de la clínica San Gabriel, explica más sobre este tema.
El 74.2% de pacientes internados en hospitales del país presentan desnutrición clínica moderada y grave, según la Federación Latinoamericana de Nutrición. Esta condición es el estado nutricional que altera funciones fundamentales tales como la movilización, la falta de fuerza, la cicatrización y la función inmunológica, y que pone en riesgo a más de un millón de pacientes hospitalizados cada año. Esto último, según datos reportados por la Superintendencia Nacional de Salud. La importancia del soporte nutricional, sobre todo en unidades críticas como la UCI, responden a una sencilla razón: “con una buena alimentación, mayores posibilidades habrá de hacerle frente a las enfermedades y tratamientos que incrementen la permanencia de una persona en un centro médico. Luchamos porque todos los pacientes tengan una alimentación que les permita pasar por los procesos requeridos para curar su enfermedad”, dice la licenciada Gutiérrez.
Según la nutricionista, existen cuatro etapas por las que pasa todo internado para determinar la dieta que llevará, siendo la primera la Valoración global subjetiva. Allí se analiza la primera impresión que causa el paciente: cuál ha sido su pérdida de peso en los meses previos a su internamiento, ¿presenta síntomas gastrointestinales, edemas, ha perdido grasa subcutánea o tejido graso?
Luego viene la Valoración global objetiva, que se lleva a cabo mediante mediciones corporales: se ve si existe pérdida de masa grasa o masa magra y, por consiguiente, si el paciente sufre de una desnutrición calórica o proteica.
Siguiente a esto, se realiza el análisis de los Valores de los parámetros bioquímicos, que, en general, toma en cuenta factores como la presencia de la albúmina, la creatinina, la urea y las proteínas totales, entre otros, para ver cómo se comporta el cuerpo del paciente de forma interna; y finalmente se hace el diagnóstico. “De acuerdo a este, se elabora un planteamiento de las deficiencias nutricionales y un plan de trabajo. Una vez se identifica el problema, debemos plantear una dieta que cubra las necesidades del paciente”, agrega la especialista.
Dieta y seguimiento
Los requerimientos para construir las dietas hospitalarias se crean en base la etapa de la enfermedad por la que está pasando un paciente.
Dependiendo de su capacidad para completar el proceso digestivo se le asignarán dietas a base de líquidos, papillas, alimentos blandos o sólidos. También es necesario saber si el paciente tiene problemas metabólicos, gustos particulares, alergias alimentarias, si tiene creencias que le impidan comer ciertos insumos, o, en casos extremos, si necesita alimentarse de forma enteral o parenteral, en cuyo caso la alimentación se dará mediante sondas nasogástricas (vía nariz) o vía intravenosa. Una vez elaborado el plan de dieta se procede al seguimiento diario y al análisis de la evolución del paciente.
La desnutrición clínica es un problema de salud pública que debe atenderse inmediatamente, no sólo en el país, sino a nivel mundial por las consecuencias negativas que presenta: la prolongación del tiempo de hospitalización, tiempo de estancia en UCI y complicaciones en las enfermedades. San Pablo trabaja arduamente para revertir esta situación.