Mitos y verdades en la lactancia materna

– Si tienes el pecho pequeño, tendrás poca leche. Mito.
Las mamas están compuestas de tejido glandular (donde se produce la leche), tejido graso y tejido conectivo de soporte. El tamaño de la mama no influye en su capacidad de producir leche, ya que depende más de la cantidad de grasa, que del tejido glandular.
- Mi leche es aguada, no alimenta. Mito.
La primera leche que sale del pecho, al comenzar la toma, contiene más lactosa y su aspecto es más acuoso. La parte final de la toma contiene más grasas y es más densa.
- Si un niño no aumenta bien de peso, es posible que la leche de su madre sea de baja calidad. Mito.
Las leches de baja calidad no existen. Las bajas de peso tienen mucha más relación con una menor producción de leche, por poco frecuencia de mamadas o con una mala técnica de acople del niño al pecho materno.
- La ansiedad y el estrés pueden interrumpir la lactancia
Aunque es cierto que el estrés y la ansiedad podrían afectar ligeramente la producción de leche, no pueden hacerlo tanto como para que se interrumpa la lactancia. Aún así, es conveniente que la madre esté lo más relajada posible cuando da de mamar porque su estado de ánimo puede ayudar a calmar al bebé y a relajarlo.
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